El mundo gira cual rueda de bicicleta en La Vuelta ciclista a España


¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Hoy es uno de esos días de calor asfixiante, de ventilador y botella de agua helada para intentar sobrevivir a este último día de agosto.

Ya se va otro mes, el verano va dando los últimos coletazos, aunque prevén un otoño cálido. Por cierto, ¡qué cabeza!, ya fue la época de Las Cabañuelas.

No es que les dieras mucha credibilidad, pero sí te gustaba leerlas cada lunes en el periódico.

Estoy algo bloqueada. Creo que empiezo a estar nerviosa. Son muchas cosas por hacer en un par de meses. Un montón de emociones por vivir y gente por conocer.

Esas emociones sobre dos ruedas ponen mis pulsaciones al límite. Sí. Todavía. Miro los ojos de Clinton Moore y los siento clavados en los míos. Veo nuestras fotos juntos y me siento feliz, inmensamente feliz.

Es una de las partes más bonitas y divertidas de los últimos años. Mi chico loco, muy loco.

Hay veces que me gustaría meterme en la máquina del tiempo. Y viajar. Sin rumbo. Sin destino fijo. Simplemente revivir momentos, momentos que dejan huella, una huella imborrable.

¡Menuda rallada tengo hoy! La dieta me está afectando a alguna neurona vital 😂

Acabo de ver el final de La Vuelta ciclista. Hace poco menos de un año estaba yo en la Plaza Mayor, llamando por teléfono para decirte que estaba allí, acreditada.

Te traje un sombrero de paja. Sigue en el mismo lugar donde lo dejaste. Y lo miro con añoranza de ti. Presente en cada segundo de mi destino, único, inigualable, genial. Creo que ya te lo he dicho, pero te lo repito por si acaso.

Gracias por existir. Te echo mucho de menos. ¡Te quiero, papá! ❤️

Publicado por

Patricia Carnero

Periodista, bloguera y huérfana de padre desde el 15 de diciembre. Este es mi pequeño tributo al hombre que me dio la vida y todo lo que necesité para convertirme en una persona, principalmente, buena, como él, culta, educada y sabia. ¡Gracias, papá, por estos 45 años que me has dejado vivir a tu lado!

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