¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo recién levantada. Hoy oficialmente ya es primavera, pero aunque no te lo creas, hay dos grados bajo cero ahora mismo. Así que abrigo, bufanda y guantes para salir a la calle.
¡Hola, papá! ¿Cómo estás? ¿Y mamá? Aquí todo más o menos bien. Pocas novedades te cuento. Me he levantado temprano, he echado un vistazo a la prensa digital y ya he desayunado.
¡Hola, papá! ¿Cómo estás? ¿Y mamá? Por Salamanca las cosas siguen igual. Mucha tranquilidad por las calles. Hace un día espléndido. De esos para ponerte a tomar el sol.
¡Hola, papá! ¿Cómo estás? ¿Y mamá? Espero que por allí más tranquilo que por el resto del mundo. La cuarentena continúa y Salamanca sigue sin apenas movimiento.
¡Hola, papá! ¿Cómo estás? ¿Y mamá? Por Salamanca seguimos poco más o menos. Hay una tranquilidad excesiva en la calle, solo rota de vez en cuando por el ruido de algún vehículo que pasa por la calle.
Los árboles, llenos de brotes, ya tiñen de color las calles de tu querida Salamanca.
¡Hola, papá! ¿Cómo sigue todo?
Supongo que hoy estás feliz, porque ahora Mariko, tu ‘hija’ japonesa, te lleva en su corazón y, pese a que siempre juraste y perjuraste que no ibas a montar en avión, en unas horas un trocito de ti, hecho cenizas, cruzará el océano a no sé cuántos miles de metros de altura para que, por fin, puedas ver Japón y saludar a tus ‘nietos’, que tanto lloraron tu pérdida. Sigue leyendo Llegó la primavera a la ciudad, todo ha cambiado de color (o casi) con superluna de gusano
¡Hola, papá! ¿Ya has comido? Yo no. Hoy tampoco toca. La verdad es que mi dolor de espalda me tiene petrificada en la cama desde hace un par de horas y apenas puedo moverme. Supongo que la falta de vitaminas y el no meter calorías en el cuerpo van haciendo mella en mi estado de salud, cada vez más deteriorado. Sigue leyendo La primavera emergente llena de luz la ciudad y oscurece mi alma desconsolada