
¡Hola, papá! ¿Cómo sigue todo?
Supongo que hoy estás feliz, porque ahora Mariko, tu ‘hija’ japonesa, te lleva en su corazón y, pese a que siempre juraste y perjuraste que no ibas a montar en avión, en unas horas un trocito de ti, hecho cenizas, cruzará el océano a no sé cuántos miles de metros de altura para que, por fin, puedas ver Japón y saludar a tus ‘nietos’, que tanto lloraron tu pérdida. Continúa leyendo Llegó la primavera a la ciudad, todo ha cambiado de color (o casi) con superluna de gusano