¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo bien. En casa. 3 de marzo ya. Y mira que hermosura tenemos en Salamanca. Los árboles comienzan a dar flores. Y es que en un par de semanas, la primavera ya está aquí.
En estos días, con solecito y terrazas, me encuentro con algunos amigos comunes que hacía tiempo que no veía.
Y hablamos de ti. Y de mamá. Y siempre me dicen lo mismo. Lo buenos que eráis.
Hablamos de muchos momentos buenos, de risas, con una cerveza o una copita de cava en la mano. Viviendo la vida de una manera sencilla, pero feliz.
Estos reencuentros, al final, te reconfortan el alma y el espíritu. Y te hacen sonreír, que no te creas que no es un privilegio en los tiempos que corren, peque.
Eran días de felicidad no total, pero sí lo más parecido a ello. Ahora los tiempos han cambiado y toca asumir la nueva realidad, que no es poco.
Sobrevivir cada día en plena pandemia, es lo mejor que te puede pasar.
Bueno, pituco. Te dejo por hoy. Cuídate mucho y cuida de mi princesa. ¡Os quiero! ❤️