¡Hola, papá! ¿Cómo estás? Yo en casa. Preparada para el primer día de la nueva normalidad. De verdad que voy a pedir cancelar la suscripción a 2021 después de 16 días de prueba.
Lo he empezado con un desayuno rico y variado. Temprano. Como siempre. Pero teniendo en cuenta que el toque de queda es a las 8, mejor madrugar para que el día tenga más horas aprovechables.
Mira la foto que hice en la parte trasera de la Catedral mientras disfrutaba de unos minutos de sol en un banco. Sí. Son dos cigüeñas. Dos.
Hay días que llega una más. Me gusta contemplarlas. Supongo que porque allí te veo reflejado, peque. Además, siempre estás en uno de los lugares que más admira a las personas que no conocen la ciudad y que a ti, personalmente, te fascinaba.
Muy cerquita del Huerto de Calisto y Melibea, que ayer continuaba cerrado por la nieve, y de la estatua de ‘La Celestina’, otro de los referentes de la literatura que tantas veces leíste y otras tantas te entusiasmó.
Volver allí para mí es un remanso de calma. Es uno de esos enclaves en los que puedes estar horas sentada mirando el paisaje. Escuchando los relajantes sonidos de estar entre naturaleza, alejado del bullicio de otras zonas de la ciudad.
Y lo digo yo, que siempre fui amiga de estar en todos los ‘saraos’ que podía. Ahora la soledad es mi mejor compañera. Vamos siempre juntas. Al final nos entendemos bien. Nunca discutimos ni tenemos problema a la hora de tomar una decisión.
Bueno, pituco. Te dejo por hoy, que quiero dar un pequeño paseo matinal. Sin rumbo definido, como siempre.
¡Cuídate mucho y cuida de mi princesa! ¡Os quiero! ❤️