Miércoles de verano y nostalgia de mar, sal, olas y sol


¡Hola, papá! ¿Qué tal estás? Yo bien. En casa. Como casi todos los días de verano. De nuevo las temperaturas han subido, aunque ahora se está nublando un poco.

Es 22 de julio. El verano pasa rápido. ¿Verdad? Hoy me vienen a la cabeza recuerdos de nuestra niñez en la playa de la Lanzada.

Y es que no veas que añoranza me produce el mar. Es el lugar donde la mente vuela hasta el infinito y más allá.

Cuantas mañanas de risas con todos tus compañeros de trabajo y amigos que hicimos allí. Lo que siento es no tener foto de aquella época.

Hoy también he salido a pasear, pero con más calma que ayer. Aunque no me vendría mal otra caminata de 20 kilómetros en lugar de cinco.

Echo de menos el Tour de Francia, la piscina, el bullicio nocturno, las largas tertulias con los amigos.

Ahora es todo tan diferente, pero que no te puedes hacer a la idea. Aunque hay una frase que me encanta: «los buenos momentos duran lo suficiente para ser inolvidables».

Y eso es lo que hay que pensar. En que llegarán tiempos mejores que estos, retomarán los abrazos, las noches de fiesta, los amigos a los que ahora no puedes ver, los viajes… Todo.

Y volveremos a la normalidad si seguimos cumpliendo la norma de llevar mascarilla cada vez que salimos a la calle.

Ayer vi un ‘meme’ que me hizo mucha gracia. Antes se nos olvidaban los donuts y volvíamos a casa corriendo. Ahora, como salgas un poco acelerado, te dejas la mascarilla sin querer y tienes que volver corriendo a buscarla.

No es frecuente que suceda, pero algunas veces que vas un poco más deprisa de lo habitual, suele pasar. En cuanto te echas la mano a la cara, es cuando sales corriendo para retornar a buscarla.

Bueno, pituco. Te dejo por hoy. Fíjate que ya son más de las cinco, pero mi boca se sigue abriendo, porque me gusta madrugar bastante.

¡Cuídate mucho y cuida de mi princesa! ¡Os quiero! ❤️

Publicado por

Patricia Carnero

Periodista, bloguera y huérfana de padre desde el 15 de diciembre. Este es mi pequeño tributo al hombre que me dio la vida y todo lo que necesité para convertirme en una persona, principalmente, buena, como él, culta, educada y sabia. ¡Gracias, papá, por estos 45 años que me has dejado vivir a tu lado!

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