¡Hola, papá! ¡Felicidades! ¿Cómo estás? ¿Y mamá? Por Salamanca todo tranquilo. No hay muchos cambios en la situación.
La ciudad comienza a despertar con calma y algo de tristeza. Esta noche tenía que haber desfilado la imagen de la Soledad por las calles de la ciudad, pero no ha podido ser.
Tengo puesta música. Me relaja escuchar canciones mientras te escribo. Ayer recibí cientos de felicitaciones de mis amigos. Es gratificante leer cualquier mensaje de ánimo en estos momentos.
Hace sol. Mañanero. Por la tarde se nubla y empieza la tormenta. Hoy cumple 80 años nuestro amigo Jerónimo Prieto. Ya le he felicidado. Echa de menos sus paseos diarios hasta el estudio donde cada mañana iba a pintar sus cuadros.
Abro el periódico digital y leo que ha fallecido Enrique Múgica. Casi es mejor no mirar mucho las noticias. Por salud mental, básicamente.
Y más sabiendo que, como poco, nos quedan otros 15 días de estar en casa.
Hoy se me agolpan cientos de momentos en mi cabeza. Tu segundo cumpleaños separados, pero unidos por ese lazo irrompible que forjamos durante el tiempo que pasamos juntos.
El año pasado estábamos en Deba, tu primer mar, con Joserra y Marián. Comiendo unos huevos fritos en el Izende. Subimos a Santa Catalina. Quería que tuvieras una vista privilegiada desde el lugar que te enamoró cuando eras un adolescente.
Aprovechando el viaje, llevé a mamá a Motrico, otro de sus sitios favoritos.
No sé, papá. Es todo tan extraño. Tengo ganas de volver a abrazar a mis amigas, a mi gente…
Menudo escarmiento nos ha dado el destino. De ésta aprenderemos a valorar las pequeñas cosas. Las que antes veíamos como normales y ahora se antojan imposibles.
Estoy un poco plof (sí. Puedes darme un capón por la palabrita), pero es la que mejor define mi estado de ánimo.
Así que voy a hacer un poco de ejercicio para liberar tensiones y despejar mi mente.
Bueno, pituco. Cuídate mucho y cuida de mi princesa. ¡Os quiero! ❤️