
¡Hola, papá! ¿Qué tal va todo? Espero que bien. Hoy es un día especialmente triste para mí. San Patricio, mi santo. El primero que paso sin ti. Así que no me voy a extender mucho en contarte cómo me siento.
Anoche, cuando llegaron las doce, me faltó el beso físico que siempre me dabas. Eras el primero en felicitarme aunque ya estuvieras en la cama acostado, pero bueno… miré a la luna, que lucía hermosa, y desde una de las estrellas sentí cómo me llegaba una suave caricia a mi cara.
Perdona mi derrotismo estos últimos días, pero las emociones me están sobrepasando. Tanto por la gente que se está portando de maravilla conmigo como por la que me está fallando un día tras otro. También ver que personas que me apoyaron mucho cuando te fuiste se alejan me tiene el alma partida. Pero bueno… así ya sé con quién puedo contar y con quién no.
Tú, amante de la buena cerveza, te hubieras tomado una para brindar conmigo. Pero como no te la puedo llevar, creo que lo mejor para recordar este San Patricio es escuchando juntos una de las canciones que más te gustaba tararear cuando estabas feliz: ‘La polca del barril de la cerveza’. Disfrútala, mi amor. ¡Te quiero, papá!